lunes, 17 de septiembre de 2012

Coctelito del batracio

Arrrranca la Champions League el día de mañana y explotarán las redes sociales con el aguanterismo de siempre. El Real Madrid y su constelación de rulos y canutillos enfrentará a los buenos muchachos del City en el partido estelar de la fecha. Partido que merece que los conspicuos asiduos de bares y chochales capen clase y manden todo a la reputisima que remil parió todo restaurantes de alcurnia, falten unas horillas a sus obligaciones y se dediquen al noble ejercicio de putear a cuanto chibcha revegido se ponga un trapo de un equipo de afuera, hijueputas todos admirar el buen juego y las bondades tácticas del equipo de Mancini (sabemos que Mancini y táctica no pueden ir en la misma oración, rogamos sus gentiles disculpas por semejante mamarrachada), y aperciar que tan roto tiene el plantel Mourinho.

Déjenme aislarme un poco del boccato di cardinale futbolístico que arranca mañana.Es un momento especial este. El país está excitado por la incoherencia adorada del discurso y las maneras de ser de Don José. Poca palabrería y mucho trabajo. Poco trago y mucha ductilidad, tanto táctica como técnica. Pocos amiguetes empresarios y mucho trabajo de observación. El equipo acompasado que vimos en Barranquilla y en Santiago no es fruto de un afortunado accidente, bueno sí, se encontraron, a fuerza de un ataque de razón (rarísimo) de la Fedefutbol, un gran DT con un gran plantel. En honor a la verdad considero prudente y oportuno decir que el criterio y la cordura que tuvo la federación al contratar a José fue algo supremamente raro, algo así como ver a Pimentel alimentando un panda bebé en panaca diciéndole cosas bonitas(?). Bueno, no me dejen ir que me voy y no vuelvo más(!), pero si bien las circunstancias de la contratación de José fueron un tanto extrañas, no lo fue así el desempeño de un equipo que de la mano de un gran señor en Brasil todos la vuelta vamos a dar ole ole ole olaaa(?). Lindísimo ver como el buen pié se abraza con la disciplina y el compromiso, tenemos artillería varia y en cualquier momento cobramos. Contamos con un plantel capaz y sobre todo, centrado, que convoca para sí sentimientos locales y retinas exigentes. De esta forma, se va configurando ante nosotros un bello y complejo panorama, mantener la rúbrica del juego efectivo, combinando factores ofensivos y defensivos que, ante la oportunidad de recibir la convocatoria, se manifiestan de buena y copiosa manera por las canchas del mundo. Desde luego, hay un coctelillo de batracios merodeando la elite futbolera muisca que no ve con buenos ojos que un tipo presentable ( a diferencia de ellos que no lo son, bien sea por torcidos comemierda o regalados lameculos ser malos empresarios o por sus dudosos manejos) haya transformado el paradigma perdedor que arrastrabamos como Homero arrastraba la piedra de la felicidad cuando fue Magio(?).

Debe haber lugar también, como es lógico, para la mesura. Nos han defraudado tantas veces tantos buenos jugadores que la desconfianza reinante en las cosas del amor está ahí, como cuando la muñeca inflable novia nos es infiel y se hace acreedora de nuestra incredulidad. Sabemos que la posibilidad de un bajón y una perdida de intensión y de intensidad en el compromiso y con el sentimiento está ahí. El folklorismo colombiano se incomoda con el éxito y se amaña en la mediocridad y la derrota, por lo que las campanas al viento se tienen que amarrar bien y no dejar que ninguna se escape al vuelo. Seguramente Don José en el camerino, y con otras palabras, así se lo sabrá explicar a los muchachos

 Bacano que comenten

Soundtrack: Personal Jesus de Johnny Cash
                    Hotel California de Eagles
                    You Shook Me All Night Long de AC/DC